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La 'epidemia' del siglo XXI: VIH

Anaïs Ordóñez

El pasado lunes 14 de noviembre de 2016 el diario BBC publicó en su edición digital una noticia sobre el VIH y a quién afecta mayoritariamente. A lo largo del texto, se aportan gran cantidad de datos sobre personas con VIH, apuntando a las mujeres como las principales 'afectadas' por el virus. Podría tratarse de una noticia bastante sencilla que no crea alarma y simplemente traduce datos de estudios, pero al analizarla en profundidad se observa un enfoque y un léxico inapropiado que podría mejorarse.

En primer lugar, se analizará el título «¿Por qué las mujeres jóvenes y las adolescentes son las principales víctimas del VIH?». A partir de esta frase ya se puede deducir que el enfoque con el que se va a tratar el tema parte de una connotación negativa, ya que está asociando la enfermedad a un colectivo concreto. Asimismo, aludir a las mujeres como 'víctimas' genera que se les perciba de forma negativa, evocando sentimientos como la debilidad.

 

A continuación del título, se puede observar una fotografía muy sexualizada en la que aparece una mujer sentada en el suelo, recogida, con las manos llevadas a la cabeza y con un rostro que expresa preocupación, tristeza y miedo. De nuevo, a través de la imagen, se evoca el mismo sentimiento; la mujer percibida como algo frágil. El pie de texto que acompaña a la fotografía reza lo siguiente: «Las mujeres jóvenes infectadas con sida representan el 60% del total, más que sus pares masculinos». A través de la imagen se pone a las mujeres en el punto de mira como principales protagonistas del VIH, haciendo una comparativa directa con el colectivo masculino.

En esta misma línea, a lo largo de todo el texto se observa un enfoque negativo que vincula a las jóvenes adolescentes y a la mujer con prácticas sexuales de riesgo, favoreciendo así a la creación de estereotipos. Según apunta el Observatorio de Comunicación y Salud InCom-UAB a través de su investigación sobre 'El tratamiento VIH/SIDA en los medios de comunicación escritos españoles: ABC, El Mundo, El País, El Periódico y La Vanguardia', los medios de comunicación, a través de su tratamiento, llegan a «categorizar, excluir y marcar a personas que, por su situación o condición determinada, los hacen diferentes al resto». Esto se observa a lo largo del texto, en el que se hace una evidente diferenciación entre mujeres y hombres, construyendo un estereotipo que afecta a las primeras como 'las principales afectadas por el VIH'.

Este enfoque negativo hacia la enfermedad y hacia el colectivo femenino se refuerza todavía más en los últimos párrafos del texto, en los que el redactor habla de los motivos que explicarían por qué las estadísticas hablan de más mujeres con VIH que hombres. Entre otras, se habla de drogas, violencia, golpes, peleas, relaciones sexuales forzadas o matrimonios infantiles ilegales como algunas de las posibles causas. Tal y como detalla el 'Protocolo para la identificación de discriminación contra las personas que viven con el VIH', este tipo de menciones que generalizan sobre las mujeres deben evitarse, ya que son injustas y favorecen poco a la diversidad y a la lucha contra los estereotipos.

 

Por otro lado, prestando atención al léxico se observan muchos errores que es conveniente corregir. La palabra 'infectada', que se repite a lo largo del texto hasta en cinco ocasiones, es uno de los términos que se deben evitar a toda costa. Según explica el 'Manual sobre orientaciones terminológicas' elaborado por ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) se entiende el sida como «un síndrome de infecciones y enfermedades oportunistas que pueden desarrollarse cuando se acentúa la inmunodepresión y se desencadena el proceso continuo de la infección por el VIH, desde la infección primaria hasta la muerte».

 

Tal y como indica el manual la palabra 'infectada' es un concepto erróneo, ya que nadie puede llegar a infectarse por el sida porque no es un agente infeccioso. Frente a ello, sería recomendable utilizar otras expresiones como puede ser el adjetivo «VIH-positivas» si se sabe que son VIH-positivas, o «con un diagnóstico negativo de infección por el VIH» en caso de que sean negativas.

 

Atendiendo a las indicaciones que recoge el manual de estilo mencionado, es importante prestar mucha atención a la terminología utilizada. «El tipo de lenguaje que los medios de comunicación emplean para la difusión de contenidos puede determinar ciertas creencias e influir en el comportamiento». Por ello, desde la plataforma ONUSIDA inciden en el buen uso del lenguaje relacionado con el VIH, pues «el empleo de las palabras adecuadas da el poder de fortalecer la respuesta a la epidemia».

 

Es muy habitual encontrar expresiones como «el virus del VIH». En cambio, el 'Manual sobre orientaciones terminológicas' de ONUSIDA detalla que no existe el virus del sida como tal, sino que se denomina «virus de la inmunodeficiencia humana», por lo que con la expresión 'virus del sida o del VIH' se está cayendo en una redundancia.

 

En esta misma línea, aparecen conceptos como «paciente de sida», algo que debe restringirse a establecimientos clínico, y debería sustituirse por «paciente con enfermedad relacionada con el VIH», o «portador de sida», un término incorrecto que puede llegar a ser ofensivo. Hemos de tener en cuenta que, a través del lenguaje, se puede llegar a la estigmatización y la discriminación.

 

Asimismo, se emplean frases como la siguiente: «muchas mujeres se han contagiado en relaciones heterosexuales y, con mucha frecuencia, estando casadas», en las que se entra en detalles poco contrastados que lejos quedan de limitarse a hablar del VIH, objetivo central de la pieza periodística analizada.
 

En todo momento se habla del colectivo femenino como un «grupo vulnerable o de alto riesgo». Sin embargo, desde la ONUSIDA recalcan que se debe buscar un lenguaje más positivo que no conlleve a presiones de índole social o circunstancias sociales que hagan de un colectivo un grupo más debilitado. Recomiendan el uso de otro tipo de expresiones como «poblaciones clave de mayor riesgo».

 

Por otro lado, la palabra 'epidemia' se utiliza con frecuenta a lo largo del texto. Lo mismo ocurre con 'riesgo', que llega a repetirse hasta en seis ocasiones. Tal y como indica el 'manual sobre orientaciones terminológicas' estos términos deberían quedar en desuso, ya que, de lo contrario, lo que se consigue es dar al VIH una perspectiva negativa que expresa temor, alarmismo y causa una impresión nada aconsejable, teniendo en cuenta que lo que se pretende es normalizar la enfermedad.

 

Para finalizar, es importante destacar que se trata de una noticia en la que prevalecen las fuentes institucionales, mientras los principales afectados por el VIH y protagonistas de la noticia, no aparecen como fuentes primarias de información, algo que desaconseja el protocolo mencionado.

Enlace a la noticia: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37954428

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