El periódico El País olvida el enfoque de derechos de los menores

Neus Rufino Isach
El consumo de alcohol empieza cada vez a una edad más temprana. Los últimos estudios revelan que la media en España se sitúa en 13,9 años, por ello, tanto la Administración como los medios de comunicación tratan de concienciar a los jóvenes desde sus canales de actuación. Este es el caso del periódico El País, cuya edición online del día 4 de noviembre, publicaba una noticia respecto a la muerte de una menor por un coma etílico. Aunque la cabecera ya adelantaba en el vídeo -adjunto al artículo- que es importante educar y concienciar a los jóvenes, en la práctica se ha alejado de las recomendaciones éticas y deontológicas del tratamiento periodístico respecto a menores. En este análisis se tratará de examinar y argumentar cuáles han sido los principales errores, además de detallar las posibles soluciones a aplicar en la noticia.
Cuando en un hecho noticioso el protagonista es un menor, se debe plantear si está justificada su aparición en un medio de comunicación. Según el manual de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la FAPE (2014), el periodista considerará a cada niño como un sujeto independiente y tendrá en cuenta su contexto personal. “Desde esos parámetros decidirá si la información relacionada con el menor debe ser convertida en noticia”, se añade. Partiendo de esta consideración, el periódico El País se escuda en una función tanto informativa como educativa del suceso. No obstante, a lo largo del texto las líneas se vuelven más difusas.
El bloque de titulares lo forma un antetítulo “Consumo de alcohol” -que contextualiza y nos sitúa-, un titular “Muere una niña de 12 años tras un coma etílico en una fiesta de Halloween” –prima el carácter informativo y respeta el derecho a la intimidad de la joven por no mostrar rasgos identificativos- y un subtítulo “La menor se desmayó cuando estaba con unos amigos en un parque de San Martín de la Vega”. En el último elemento de titulación, llama la atención la vinculación al entorno y la ubicación geográfica.
A lo largo de la pieza periodística, se desengranan las cinco W clásicas del qué, quién, dónde, cuándo y cómo para entender el suceso. Sin embargo, a pesar de estar justificada la elección del tema, la noticia aporta elementos suficientes que identifican al completo de qué menor se trata y ello entra en conflicto con los derechos universales de los menores. Se especifica en el texto: «La menor tenía la nacionalidad polaca, aunque siempre había vivido en España. Sus padres llegaron hace 18 años y siempre habían residido en la casa que tienen en el barrio del Quiñón, en la zona sur de San Martín de la Vega. ». Y, más adelante, se apunta: «La fallecida estudiaba en el instituto Anselmo Lorenzo de la localidad».
Estos ejemplos incumplen los artículos 8 y 16 de la Convención de los Derechos del Niño. Se rompe el compromiso de respetar el derecho a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de «conformidad con la ley sin injerencias ilícitas». Del mismo modo, a no ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia o su domicilio. En esta misma línea viola, también, la ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor que concreta: “Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen”. La protección al menor no se garantiza, ya que quedan expuestos sus datos personales a la opinión pública.
Por otro lado, el hecho noticioso roza los límites de la ética por describir al detalle el proceso del coma a la muerte de la menor. Manuales como el de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la FAPE (2014), trasladan el rechazo a dar detalles concretos que estén relacionados con la salud del menor. Por este motivo, el periodista debería haber evitado informaciones como el proceso de reanimación cardiopulmonar por parte de los sanitarios.
Tanto en el texto como en el video adjuntado a la información, leemos y vemos los testimonios de menores de edad. Se observan a tres menores en el formato audiovisual y la apreciación de “joven vecino” y “otro muchacho del barrio” en el cuerpo de la noticia escrita. Este recurso es contrario a las recomendaciones del Manual de Unió de Periodistes en cuanto al trato de los menores en las noticias. “En el tratamiento informativo de menores, las preguntas solo puede hacerse a los niños en presencia de sus padres, representantes legales, tutores o profesores del colegio (…)”, se especifica. Por tanto, se debe abogar por una protección completa favoreciendo la integridad, la identidad y el entorno del menor de edad.
Otro de los errores del periodista es recurrir a las declaraciones del vecindario, debido a que estas apreciaciones, además de interferir en el entorno de la víctima, no aportan un valor añadido a la información. Si no se contextualiza bien, puede llegar a crear generalizaciones de la situación y una información sensacionalista.
Por todo ello, se debería atender a las apreciaciones comentadas anteriormente y buscar, conforme recoge el manual de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología de la FAPE (2014), «la exactitud y contextualización adecuada de los contenidos de las noticias relacionadas con la infancia» y «proteger la identidad y la imagen de los menores».
Link de la noticia: ElPaís. Muere una niña de 12 años tras un coma etílico en una fiesta de Halloween: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/11/03/madrid/1478185655_916439.html [Actualizado: 4/11/16]
