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¿Se puede ser feminista y que te guste el desfile de Victoria's Secret?

Andrea Verdejo

Durante las últimas semanas, las redes nos saturan con toda la información del desfile: a qué modelos veremos, qué cantantes actuarán, dónde será. Lo conocemos todo sobre los ángeles: qué llevan puesto, de dónde son, qué comen o dejan de comer, su rutina de ejercicios... 
Yo, aún con la resaca del show de lencería más mediático del mundo me enfrento a la pregunta que me planteo cada año, ¿es compatible ser feminista y disfrutar del desfile de Victoria's Secret? 

 

Por un lado, esta firma nos muestra mujeres con un estándar de belleza tremendamente marcado e inalcanzable, hipersexualizadas y en lencería, desfilando sobre una pasarela para que las contemplemos. Son objetos y nada más. No tienen voz, sólo cuerpo. Trasladan el mensaje de la mujer dedicada plenamente a su cuerpo y a su belleza. Es puramente un fenómeno mercantilista en el que para las mujeres el objeto a desear serían las prendas que lucen y para los hombres, las propias modelos. 


Difícilmente alguna mujer se sentirá identificada con los ángeles de Victoria's Secret, sin embargo, es casi imposible quedarse al margen de todo lo que rodea el show. Los medios de comunicación nos informan de cada paso que da la firma. Su estrategia de comunicación es perfecta y la idea del show está pensada para ser un éxito: las estrellas del pop del momento junto a sus amigas y novias, modelos envueltas en plumas, pedrería y purpurina. Cada año se repite este patrón y triunfan. Esta total cobertura mediática conlleva un refuerzo de los cánones de belleza implantados en la sociedad a la vez que aumenta el consumo de la marca.


Sería más fácil contestar a la pregunta del principio si existiera un equivalente con modelos masculinos. De ser así, el desfile se vería justificado como un evento más del mundo de la moda y  no tendría estas connotaciones negativas. De esta forma, las que sí lo disfrutamos (lo confieso) nos sentiríamos menos culpables por ello. 


Ser feminista es creer en la igualdad entre ambos sexos, por lo que sí me considero feminista, pero siento que en estos momentos hay una guerra entre mujeres, algo así como "yo soy más feminista que tú" que entra en un discurso absurdo y contradictorio. Excepto ser machista, ¿qué otra cosa puede ser incompatible con ser feminista? Creo que este desfile es un espectáculo más cuya combinación de elementos me fascina sin tener un por qué. Lo vivo cada año como una fiesta o una gala de música. 


Son los medios los que proyectan esa imagen superficial del desfile haciendo preguntas a las modelos al final del desfile como, ¿y ahora qué vas a comer? Pero estoy segura de que acabando con desfiles como éste no se acabaría con el machismo ni con el culto al cuerpo. El problema está en creer que tienes que ser como ellas, no en el propio desfile. 

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