Periodista «florero»

Belén Berbis Berenguer
Es cierto que muchas y muchos columnistas se han manifestado en el tema que se planteará a continuación, pero eso no quiere decir que se haya avanzado demasiado. Muchos ámbitos y campos profesionales siguen dejando a la mujer por debajo de los hombres, pero si alguno de ellos destaca y se lleva la palma, es la profesión de periodista.
Siempre hemos concebido a la mujer periodista como aquella presentadora guapa, de ojos grandes, piernas largas y pelo brillante que se sienta detrás de la mesa de informativos o que está a pie de campo, si hablamos de deporte. Y para colmo, la mayoría acompañadas de hombres que no han tenido que pasar por el mismo «medidor de belleza» que ellas.
No me malinterpreten, con esto no quiero decir que esas presentadoras no estén capacitadas para su trabajo y estén ahí solo por tener un físico más imponente, pero ¿qué pasa con aquellas que no tienen las piernas tan largas, ni los ojos tan grandes, ni el pelo tan brillante? Por no hablar del efecto del paso del tiempo. Una chica jóven y guapa que, a la mínima arruga, se ve invitada a dejar su puesto de trabajo en televisión. Los hombres, por contra, dan esa sensación, desde mi punto de vista, de cuantas más arrugas o más canas, más experiencia y, por lo tanto, más profesionalidad. La de grandes periodistas que el mundo se está perdiendo por seguir limitando su aparición en televisión a aquellas con buena presencia.
Lo peor de todo esto no es que se limite el trabajo, ya que al fin y al cabo son entidades privadas y los dueños pueden elegir a quién quieren poner en pantalla y a quién no. Lo triste es que, incluso antes de salir al mercado laboral, en las universidades se nos mentaliza a ese pensamiento con frases como: «tú das bien en pantalla», «quedarías genial en informativos». ¿Y el resto de alumnas que están en clase escuchando eso? ¿Tenemos que dejar nuestro sueño a un lado incluso antes de intentarlo?
Por no hablar del mundo del deporte. Si ya es duro ser mujer deportista, que al fin y al cabo se valora lo buena o mala que seas en el campo, imagínense lo complicado de ser periodista deportivo y mujer. Aun en el siglo XXI, año 2016, seguimos esperando a que sean ellas las narren un partido de fútbol o de baloncesto. Las periodistas siguen con su función de estar esperando a los jugadores para hacerle dos preguntas, que suelen ser siempre muy parecidas, y decir quien sale, quien calienta o quien entra. Trabajo facilito ¿no creen? No vaya a ser que nosotras, mujeres, no sepamos lo mismo o más sobre un deporte «masculino» y fallemos.
Menos mal que periodistas como Claudia Neumann, primera mujer en narrar un partido en la Eurocopa de fútbol, están demostrando que las capacidades de las mujeres en el ámbito deportivo van mucho más allá y, aquella especializada en este ámbito, puede tener los mismos conocimientos o, incluso más, que cualquier compañero.
Ya sea en deporte o cualquier rama del periodismo, muchas periodistas o futuras periodistas nos estamos cansando de esta situación y que no quepa duda de que vamos a luchar para cumplir nuestros sueños, sea cual sea ese sueño y sea cual sea nuestra apariencia física.

