Para eso ya están los conejos
Raquel Batalla
Lucía conoció a su primer novio a los 16 años, estaba pletórica, muy contenta. Estaba deseando contárselo a sus amigas. Llamó a Sara para darle la noticia, a lo que ella le respondió: «ahora tendrás que vigilar con qué amiguitas se junta». Lucía no entendía nada. ¿Qué quería decir con eso de “amiguitas? ¿Y a quién tenía que vigilar? Lucía no lo sabía, pero aquello fue el comienzo de su calvario sentimental particular.
Según un estudio del Institut Clínic De Sexologia de Barcelona, el 30% de la población es infiel. ¿Esta es razón suficiente como para desconfiar siempre de nuestra pareja sentimental?
En pleno S. XXI, todavía hay muchas parejas que no consienten que su media naranja se vaya de fiesta sin ella, de viaje o a algún plan divertido con sus amigos «por si acaso». Cada vez, hay más imágenes, memes y GIFs que fomentan las relaciones amorosas tóxicas, basadas en la posesión y la desconfianza.






Imágenes como estas se multiplican año tras año, cuando realmente la sociedad debería avanzar y dejar atrás comportamientos tan desfasados.
Hace unos meses que sé que mi novio se va de Erasmus y ya he perdido la cuenta de las personas que han venido a preguntarme que «qué me parece», que «tenga cuidado» y que tenga «cuidado con lo que él hará por ahí».
Las relaciones no son así. Las relaciones de pareja están cimentadas sobre la amistad, la confianza y el respeto. Cuando no crees en tu pareja y no quieres que viaje a otro país estás rompiendo esas tres cosas. Eso no es una relación sana. Si le damos la vuelta a las estadísticas, más de la mitad de la población es fiel a su pareja. Confiemos un poco más en las personas.